Genoveva Gonzalez

“Recuerdo el sabor de sandías dulces. Mi padre fue un campesino, cultivó maíz, sandía, calabazas, calabacín. Recuerdo seguir el arado – sembrar semillas.” Genoveva fue nacida en Xilitla, Guerrero, un pueblo pequeño autosuficiente cuando estaba creciendo. No había carros. “Fuimos al pueblo próximo para comprar las cosas que necesitamos.”

A la edad de quince años, inmigró a Los Ángeles. Personas inmigran desde sus países nativos por muchos razones incluyendo conflicto político, problemas ambientales, y como Genoveva, por oportunidades económicas y educacionales. En la historia de California, miles vinieron de América Latina, Europa y Asia durante la época de la fiebre de oro; y miles más vinieron durante el dust bowl de los años treinta. Durante las últimas décadas, inmigración ha sido influida por globalización. Países desarrollados, como los Estados Unidos, depende en el labor inmigrante para trabajos altamente calificados como ingeniería y para labor manual como cosechar cultivos.

“Mis hermanos estaban viviendo aquí. Vine a Los Ángeles para trabajar, para ayudar a mis padres. Trabajó durante el día, fui a la escuela en las noches.” Genoveva, trabajó para un “’taller de explotación laboral,” un productor de ropa grande. Todavía mantiene en contacto con los amigos que hizo allá. “El trabajo no fue demasiado duro, pero fue una nueva experiencia estar en una ciudad grande. Estaba tímida pero hice muchos descubrimientos nuevos. “No solo se mudó de la casa de sus padres a la edad de quince años, pero también ayudó a mantener a ellos; esa es una gran responsabilidad para cualquier adolescente.

Aun en una conversación breve, uno puede ver que Genoveva, es cautivadora y vivaz. Puedes imaginar que ella se siente cómoda dondequiera que ella vaya. Sin embargo, experimentó un cambio cultural significante venir de su aldea basada en la subsistencia a un ciudad mega. Su experiencia como un inmigrante se transformó a su vida, y ha ayudado a sus padres.

Genoveva ahora ha vivido en Santa Bárbara por la mayoría de su vida, y ha trabajado como una gobernanta duradera para solo un poco de familias. El retrato de Holli captura bellamente su gentileza y el cuidado que ella toma con su trabajo. “Santa Bárbara ha sentido más como mi aldea. Me gusta que hay mucha agricultura cerca – pienso de Xitlala cuando paso una granja.”

La aldea de Xitlala es conocida por sus artistas, que crean pinturas coloridas en papel de corteza, llamadas amate. Estas entonces son vendidas por todo México. “Todos en mi familia son artistas.”

Genoveva, y su esposo son padres a dos hijas, uno que todavía está en el secundario y uno que está en colegio. Teje sus tradiciones familiares en sus vidas, más sin embargo viajes ocasionales a Xilitla para visitar parientes. “Conocíamos a todos; pasamos todos de nuestros vacaciones juntos, y siempre había mucha comida.” Aprendió cocinar de su madre, que habló Nahuatal como su lenguaje primero. “Aprendí esto también. No lo hablo ahora pero disfruto escuchar historias y canciones en el lenguaje.” Muchos de nuestras palabras ingleses tienen orígenes Nahuatl, como chocolate (xocolatl), cacao cacahuatl), aguacate (ahuacatl), chile (chili), tomate (tomatl), y mezquite (mizquitl); comidas nativas a Mesoamérica.

“Mis sueños para mis niños incluyen que aprendan las tradiciones de mi aldea – quiero que ellos sepan ambos culturas, y quiero que tienen las oportunidades que la educación les ofrece. “ Su hija mayor estudió la informática pero encontró su pasión como una estudiante en un instituto culinario.

Tantas de las memorias buenas de Genoveva giran alrededor de las reuniones familiares y las comidas sabrosas que su madre preparó. “Posole, tamales nejo y moles; cuando tengo tiempo mostro a mis niños como preparar estos. La salsa de mole requiere muchos ingredientes y toma mucho tiempo. “Uno de las especialidades de su madre fue mole verde, hecha con tomatillos, serrano, chiles, semillas de calabasas, epazote y ajo. Cuando le preguntó donde ella le gusta comer aquí en Santa Bárbara, sugiere Los Arroyos y El Bajio.

Desde familias que se establecieron en la Costa Central generaciones antes a inmigrantes más recientes, nuestras comunidades toman orgullo en celebrar nuestras varias herencias en festivales como Días Danés en Solvang y Días Españoles Viejos en Santa Bárbara. Nuestra comunidad siempre está creciendo y cambiando en nuevas direcciones, frecuentemente dirigida por las semillas que nuestras familias inmigrantes siembran en los pueblos que forman la Costa Central de California.